lunes, 6 de febrero de 2023

Completamente solo

Te internas en el área. Solo, como cuando quedaste colgado de una concertina aquella primera vez. Como lo estuviste luego al intentarlo por mar, solo entre los gritos de los cuerpos que se hundían. Solo escabulléndote desde la playa. Solo en el área contraria. Sin papeles, ni dinero, ni nada, solo con miedo. Malviviendo apenas, en los márgenes. Solo cuando te llevaron a aquel campamento donde apareció el ojeador como un milagro, y te prometió que ya nunca estarías solo. Solo en aquel equipo de tercera. Solo cuando el representante, y el fichaje, y los periódicos. Solo ante aquel estadio imitando aullidos de mono. Solo para firmar el contrato: no te preocupes, chaval, nosotros nos ocupamos de nacionalizarte y en dos días estás jugando en la selección. Solo en el vestuario, solo ante la masa que ahora corea tu nombre, que te pide autógrafos mientras sospecha de tus hermanos. Solo ya ante el portero, no te distraigas, para el tanto decisivo. El país pendiente de tus botas. Serás leyenda. Te amarán para siempre. Te perdonarán lo que eres. Solo a ti. Salvo que hagas esto que estás haciendo: el toque suave con que entregas el balón directamente a las manos del portero.

(Micro finalista del mes de diciembre de 2022, en la Microbiblioteca de Barberá del Vallés, Meca de cualquier microrrelatista)

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