lunes, 24 de junio de 2019

No le quedaba ni un recuerdo: un arranque y dos microrrelatos

Para el último programa de Relatos en Cadena, del programa la Ventana, había que escribir un microrrelato con el comienzo: Nos apenó que no le quedara ni un recuerdo para rellenarlas. Como uno se crece en las dificultades, ahí van dos, en lugar de uno.


RELACIÓN A DISTANCIA

Nos apenó que no le quedara ni un recuerdo para rellenarlas. Estaba agotado. Se acabó ponernos en cola para que escribiese cartas de amor a nuestras novias. Nadie en el frente recreaba como él aquella tarde de paseo, o el primer beso bajo los sauces. Rellenaba las frías plantillas que le traíamos con recuerdos que parecían auténticos. Pero hacía mucho que no teníamos contacto humano, y empezó a inventarse cosas: “me muero por volver a amalarte el noema”, “tus crustorias brillan como dos chevites bajo las lunas de Sapornio”. Así que al desembarcar en Sherezade lo abandonamos. Con lo difícil que se ha puesto conseguir recuerdos que parezcan humanos. 



EMPANADAS

Nos apenó que no le quedara ni un recuerdo para rellenarlas. A ella, a quien nunca le faltaron cuando nos reunía a la familia para comer. Una de atún, otra de carne, el hojaldre perfecto siempre. Pero esta vez nos sabían a descongeladas. Ya no volvía, con cada bocado, el escozor de la rodilla al caernos de la bici, o el eco de nuestras voces buscando al más pequeño aquel día de campo, con el susto que nos dio. Encima de la cómoda estaba el sobre con su diagnóstico. Nos había llamado para enseñárnoslo, y al parecer se le había olvidado. Pero todos sabíamos ya lo que pondría. 

lunes, 17 de junio de 2019

Desacato

Cuando acabes la dejas fuera, con las otras. Esta noche tengo trabajo”. Mi padre colgó el lanzallamas y el equipo, sin decir nada más. Ni maldiciones, ni repudios. Solo la terrible tristeza de su mirada. Me había descubierto inmerso en una de aquellas piezas hipnóticas que él tenía como misión destruir. Trataba sobre un hidalgo que se había atrevido a convertirlas en vida, antes de que las consumiera el fuego o el olvido.



Decidí escaparme aquella misma noche. Al salir, junto a la puerta, encontré una mochila con víveres y varias piezas salvadas del fuego, con un mensaje que decía: “Vive por los dos”.

martes, 11 de junio de 2019

Anagnórisis

Con la súbita embestida del caballero, aquel molino pudo al fin desahogarse:

—¿Veis cómo nos ataca? ¿Veis que nos llama gigantes? ¿Quién es el loco ahora?


lunes, 3 de junio de 2019

Nostalgia


Ya tengo los pies fríos. Aquí las temperaturas se desploman al ponerse el sol. Pero es la falta de ejercicio. No merece la pena calentar, porque ya ni se me acerca. Hemos perdido la chispa de otro tiempo. Por más que me pongo a tiro, que le hago llegar regalos: planos detallados para trampas, hachas, enormes pedruscos al borde de un acantilado, explosivos marca Acme. Ahora no quiere dar un paso sin el casco, sin la ropa ignífuga, e incluso se hace acompañar de un miembro de la protectora de coyotes. No debí dejar a su alcance aquel manual de prevención de riesgos.

El mejor de los mundos posibles

 (Relato finalista en el X Concurso de Relatos Marbella Activa) El sujeto que nos ocupa, llamémosle X, tiene ante sí el mar, después de un c...