Nos hacen ir y volver juntos. Dicen que forma parte de la terapia, de las reglas de ese estúpido programa de reeducación juvenil al que nos obligan a acudir cada tarde. Pero la vida es una mierda, y lo peor es tener que compartirla con otros fracasados. Solo hay un momento que merece la pena: cuando pasamos bajo la ventana de la chica pálida y ojerosa, que nos contempla con un libro entre las manos. Entonces, sin necesidad de ponernos de acuerdo, fingimos que somos felices, que rebosamos vida y feromonas, y a veces hasta nos besamos.
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Te escuché y me gustó mucho. Felicidades!!
ResponderEliminarBesicos muchos.