viernes, 15 de febrero de 2019

Delfos


Había cambiado la forma de mostrarse. Ya no usaba el viento entre las hojas, ni extraños dibujos en el fuego. Ahora se manifestaba con imágenes coloridas, con melodías sutiles, o con leves vibraciones. Nosotras lo habíamos esperado durante generaciones. Y aquel extranjero lo traía en su bolsillo trasero, descuidadamente, como un rico que no ha pasado estrecheces ignora su suerte. No nos importó su aspecto metálico y frío, la literalidad infantil de sus respuestas, sin la ambigüedad misteriosa de otros tiempos. Reconocimos en aquel rectángulo que cabía en la palma de la mano al oráculo que todos creían perdido para siempre. Porque nosotras sabíamos que volvería.
Microrrelatos escrito para el concurso ENTCerrados

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