domingo, 30 de diciembre de 2018

Vítor

El arresto domiciliario y la destitución no duelen. Duele el horror. Mi patria, que es decir mi corazón, barrida por una ola de barbarie. Se gritan vivas a la muerte y muertes a la inteligencia.


Desde la ventana alcanzo a ver un vítor, el viejo signo de victoria de los estudiantes. Celebraban la vida, la inteligencia, poder entender el mundo y entenderse. Quizás algún día en esta Salamanca, en esta España que nos duele, en vez de la muerte se vitoree la vida, bullente y diversa. Quizá la multitud pueda reunirse para algo que no sea agitar banderas rugiendo contra los otros. Como en las treguas olímpicas de la Grecia Antigua. Que los atletas solo aspiren a vencerse a sí mismos.


Hoy, al amanecer del 31 de diciembre de este año maldito, dibujo con sangre de mi corazón un vítor que diga Miguel de Unamuno, y debajo, mi esperanza.

(Escrito para el concurso de microrrelatos de la San Silvestre Salmantina: http://www.sansilvestresalmantina.com/concurso-micro-relatos-publicados.php/#250)

2 comentarios:

  1. Hoy se corre la San Silvestre Salmantina. Aprovecho que el Tormes pasa por Salamanca para publicar este microrrelato que escribí para la ocasión. Se nota en él de lejos que lo mío es más la literatura que el deporte. En todo caso, creo que como microrrelato resultó fallido, pero me quedo con él como reflexión para los tiempos que corren...

    En él, el personaje de ficción y breve sueño de Dios don Miguel de Unamuno reflexiona al amanecer del 31 de diciembre de 1936, día de su muerte. Un hecho (el de su muerte) que tanto había temido toda su vida y ahora parece quedar en un segundo plano.

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  2. Puede que no haya ganado el relato, pero sí que lo puede hacer con los que te leemos. Nos va a ganar esa reflexión y esas ganas de gritar otro "Vitor".
    Feliz entrada de 2019 y ojalá nos vaya mejor en todos los sentidos esa esperanza a la que se refería nuestro Unamuno.
    Besicos muchos.

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