domingo, 18 de octubre de 2020

Dura lex, sed lex

 El que abajo suscribe, en su condición de policía local, se presentó en el día de hoy en la finca del vecino que responde al nombre de tío Braulio, más conocido como “Cabeza Buque”, para devolver a su legítimo lugar, según orden dada por usía, las lindes del terreno llamado “La Marimorena”. Allí se encontró con el antedicho tío Braulio, blandiendo instrumento agrícola con evidente animosidad contra quien suscribe, que de no haber corrido no hubiera suscrito la presente ni ninguna otra, al tiempo que profería toda suerte de improperios contra la puta madre de usía, que Dios guarde muchos años y que nosotros lo veamos. Refugiado para una retirada táctica el que suscribe en su vehículo oficial, cuyos desperfectos y abolladuras consigna en atestado aparte, el supradicho “Cabeza Buque”, visiblemente enfurecido, le encargó que le hiciera llegar a usía el recado que se transcribe sin poner ni quitar nada, pese al desacato que tales palabras implican. A saber:


Primero:

Que si usía era tan cobarde como para enviar a su propio yerno a resolver un viejo asunto entre la familia de usía y la del propio tío Braulio. 


Segundo:

Que él tenía, con perdón, los huevos tan gordos como la cabeza como para que viniera nadie a tocarle las lindes, y mucho menos un calzonazos como quien suscribe, que todo el mundo sabe que dio el braguetazo dejando en estado interesante a la hija de usía, lo cual, se permite recordar el que suscribe, ya fue aclarado en su momento, cuando usía en persona vino con su escopeta de caza reglamentaria a pedir explicaciones, y se reveló como falso y fruto de las malas lenguas de esta comarca, que nunca descansan y que tampoco saben respetar como se debe a la autoridad.


En vista de lo anteriormente expuesto, el que suscribe


Primero:

SOLICITA ser relevado de este caso mientras se cura de las heridas de azadón en la cabeza y se templan los ánimos.


Segundo:

RUEGA con todo respeto a usía que reconsidere el asunto de las lindes, que aunque a usía le asiste la razón, no van a llevar a nada bueno ni resolver problema alguno, siendo como son terrenos baldíos y que no producen nada bueno, salvo enfrentamientos y malentendidos.


Y para que conste y surta los efectos oportunos, el que suscribe suscribe la presente, en Peralillos de la Sierra, a tal de tal de dosmiltal.


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