jueves, 13 de febrero de 2020

Cómo implosionó todo

Sabemos que las probabilidades de que una tostada dejada caer accidentalmente aterrice sobre el lado de la mantequilla (algunos refieren resultados similares con manteca o zurrapa de lomo) son inversamente proporcionales a la cantidad de tostada ingerida hasta entonces, y directamente al hambre del sujeto que tan torpemente la sujetaba.

Me ha costado un buen número de arañazos, pero así es la ciencia. Los gatos caen siempre de pie, también es un hecho. Así que una vez amaestrado convenientemente para que tolerara mi tostada adherida a su lomo, el próximo desayuno enfrentaré a dos principios del universo.

(Relato finalista en el concurso "San Catlentín" del Club de los Paraguas Perdidos. Ellos sabrán...)

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