Plan en marcha. En los lavabos me pongo los vendajes, las gafas oscuras, el sombrero y la nariz de pega.
Ahora, dolorido, tras ser golpeado y sacado en volandas al callejón por un escuadrón de gorilas enchaquetados, soy feliz: me han visto.
Nadie, salvo el universo, le hubiera dado la menor trascendencia a la respuesta de ella: —Queda cerca, pero es complicado; mejor te acompa...