lunes, 17 de diciembre de 2018

Crítica


La fastidiosa Mosquita con su lengua veloz y viperina me crucifica en cuanto abro la boca. Sí, Mosquita Muerta se ha puesto de mote, o nick, o como se diga. Irónica esa firma para comentarios tan rápidos, tan agudos. Porque apenas me asomo a la pantalla me fulmina con una sentencia. Sabe fijarse en el detalle demoledor: la salivilla reseca en mis comisuras, el “de que” inoportuno, el titubeo...Y ya no importa lo que le diga a la nación. Hoy me ha llegado el informe del CNI, y solo ha confirmado mis sospechas. Esta misma noche, en cuanto llegue a casa, me va a oír.

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