lunes, 6 de septiembre de 2021

Costumbres


 Los primeros compases de la banda iniciaron las fiestas allá en el pueblo. Había llegado mi momento. Fui tan sigilosa al salir que ni mis padres ni ninguno de mis hermanos se despertaron. Ellos nunca me han dejado acercarme siquiera. Dicen que viviendo en el campo estamos a salvo, que tendría que ver cómo se las gastan los mozos del pueblo. Tonterías. En la carretera de entrada me he encontrado con varios de ellos, que han festejado mi llegada entre risas y bromas. Ahora me llevan a visitar el campanario. El más guapo me acaricia el lomo, y su amigo me guía, tirando suavemente de mis cuernos. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

El mejor de los mundos posibles

 (Relato finalista en el X Concurso de Relatos Marbella Activa) El sujeto que nos ocupa, llamémosle X, tiene ante sí el mar, después de un c...